
ARTDEPARTMENT

Cada vez que viajo a lugares que conocí hace ya abriles se me hace forzoso comparar lo que yo conocí, lo que ví en otras visitas y cómo está el sitio ahora. Me pasó hace unos meses cuando fui a Mostar, motivo que conocí por primera vez en el año 2009, ciudad que visité varias veces y en la que estuve unos días la pasada primavera, de este año 2025.
Lo que más me sorprendió es cómo las plataformas tan ampliamente usadas para arrendamiento de alojamientos han puesto una enorme distancia entre personas, donde a veces ni siquiera hace desatiendo una comunicación entre viajeros y anfitriones y recogí esa aventura en un reportaje:

Ahora estoy en el sur de Marruecos visitando a una conocidos y la nostalgia que me llega es de cómo viajábamos usando plataformas de consumo colaborativo y eso nos ayudaba a habitar compartiendo y a desplazarse conociendo nuevas culturas. Yo era una gran usuaria de Couch Surfing, una web que yo usaba para alojarme en casa de clan en mis destinos y para acoger a personas en mi casa. Igualmente para encontrar actividades y eventos en los lugares que visitaba, promovidos por clan lugar.
Hace unos días, llegué a la casa donde estoy de visitante. Es la casa de unos amigos a quienes conocí en el año 2012 gracias a Couch Surfing, y estaban ahí para cenar, de sorpresa, dos hermanos de mi amigo. Llevábamos abriles sin vernos y pasamos la cena de risas recordando lo que habíamos vivido juntos conviviendo hace 13 abriles.
Hay que mencionar que, gracias a la amplia implementación de las tecnologías de la información y la comunicación, el consumo colaborativo se ha popularizado. Las tecnologías hicieron posible reconducir formas de desplazarse compartiendo de una modo más simple: a través de unos clics online. Pero, al mismo tiempo, los multimillonarios del mundo han nacido de plataformas tecnológicas.
Era el año 2012, yo vivía y viajaba por Marruecos porque quería estudiar más sobre el país vecino al mío y quería estudiar el idioma dariya (me encantaría además estudiar amazigh pero me resulta mucho más difícil). Tras varios meses en el país, decidí desplazarse el sur, la zona de las tierras rojas y las kasbahs y me fui a Ouarzazate.

Contacté a un pequeño con muy buenas referencias en Couch Surfing pero él no podía alojarme aquella perplejidad porque estaba fuera pero me recomendó la casa de un amigo, su mujer y sus hijos. Ahí fui, aunque un par de días más tarde pude conocer al primer pequeño que contacté, ya que me llevó a pasear lugares de la ciudad. Me encantó Ouarzazate.
Es un motivo atún, tranquilo, clan muy amable. Y unas semanas más tarde decidí que quería irme allí a producirse una temporada. Consulté a mis colegas si sabían de algún motivo donde pudiera traspasar y me ofrecieron sus casas con toda la hospitalidad que me fascinó de Marruecos en todo momento.
El tiempo que pasé allí fue muy eficaz, aprendí muchísimo e hice conocidos que perduran hasta ahora. Incluso, tras el terremoto que arrasó casas en el Atlas en 2023, pudimos de modo conjunta hacer impresionar apoyo humanitario a familias que habían perdido sus hogares, además gracias al apoyo crematístico de conocidos en España, porque compartimos la misma visión de la vida. Ahora de revés con ellos nos reímos muchísimo recordando el tiempo que pasamos conviviendo y nuestras pequeñas aventuras del día a día.

Como ya escribí en otro reportaje analizando si las plataformas que permiten hacer boleto por servicios que solían ser gratuitos en los abriles secreto en los que el consumo colaborativo se puso de moda (moda fugaz), la finalidad de alojarse de gorra en casa de clan al desplazarse no es racionar y ya estaría. Es compartir. Es canjear: tiempo, experiencias, conocimiento... Personalmente, la principal razón para ir a nuevos lugares del mundo es conocer otras formas de vida y diferentes maneras de comprenderlo, descubrir otras costumbres, comidas, música.... y para ello lo mejor es quedarte con clan lugar.
Mi amigo y su mujer siguen alojando a clan en casa y les pregunté hace unos días si era a través de Couch Surfing, pero me dijeron que habían cambiado a Work Away. No es la primera vez que, amigos que conozco que eran muy activos en Couch Surfing, me cuentan lo han dejado y han buscado nuevas formas de poder hacer poco similar pero donde positivamente haya un intercambio.
Me comentaban estos amigos que llegó un momento que muchísima clan solo lo usaba para desplazarse sin vestir pero no con el fin de crear espacios donde compartir. Tengo otra amiga de Florida, Estados Unidos, que era muy activa en esta plataforma y que además ha decidido apañarse nuevas formas de encajar a clan en casa.

Yo ya viví esto cuando alojaba a clan en mi casa, pero solo en algunas ocasiones: personas que venían para amodorrarse de gorra en su destino, pero sin interés en compartir con quienes los hospedábamos en casa, o aportar poco como cocinar una cena de su país.
De hecho, he llegado a tener algunas personas en casa que ni siquiera se levantaban para aclarar el plato tras una cena que mis compañeros de asfalto y yo habíamos compartido con ellos. Con el tiempo, parece que esto dejó de ser poco incomunicación y pasó a ser muy recurrente.
Siendo un aberración tan fresco, no hay muchos estudios al respecto, pero sí hay algunos. En los alrededores de 2010 era una revolución y solo 10 abriles a posteriori han nacido ya estudios viendo cómo su agonía ha conseguido ser tan rápido.
La Revista Internacional de Investigaciones de Marketing publicó en 2024 un artículo recordando que, aunque los estudios sobre el consumo colaborativo en la pertenencias colaborativa se centran generalmente en los consumidores (quienes consumen dichos servicios), se ha pasado por parada a un actor importante: los proveedores de servicios (es sostener, las plataformas tecnológicas que han permitido que estos intercambios fueran posible y que, con el tiempo, en muchos casos, se han convertido en empresas multimillonarias).

El mismo CEO de Airbnb llegó a sostener que un problema de su propia plataforma es que perdió "su esencia original". Cuando Airbnb salió a la luz se presentaba como una especie de Couch Surfing, pero de cuota: el visitante pagaba y el huésped podía percibir un boleto que le ayudase a hacer frente a los gastos de su hogar o de sacar poco de rentabilidad a su propiedad.
Al principio se englobaba en el interior del término consumo colaborativo. Hace un tiempo, Brian Chesky, su CEO, afirmaba en una conferencia que el sistema de la plataforma de arrendamiento "está roto" puesto que ha perdido esa esencial original y los precios de los alquileres que presenta han subido mucho.
La desatiendo de constitución y control acabó convirtiendo esta idea en una empresa multimillonaria más cuyo fin ya no es compartir, sino hacer boleto. No es ningún secreto que grandes empresas se han hecho con edificios enteros en el centro de las ciudades encareciéndolas. Siquiera es un secreto que la clan ya no viaja en Airbnb para juntarse con los locales. De hecho, el maniquí más popular es totalmente impersonal: de colchoneta, recoges las llaves en un cajetín que se abre con un código.
Al mismo tiempo, me demando si nosotros como viajeros y viajeras además hemos cambiado. Como persona de Europa con un pasaporte que da mucha sencillez de cruzar fronteras, la ciudadanía puede desplazarse más que nunca: vuelos baratísimos, mucha información y tours organizados para los más miedosos, la posibilidad de organizar absolutamente todo online sin aprieto de enfrentarnos a situaciones diversas en un destino desconocido...
Viajamos más que nunca. Para qué lo hacemos es otro tema. Puede ser que ya no por compartir y conocer más de la civilización de nuestro destino. Sino que por puro disfrute, curiosidad, ganas de un ocio diferente...

Al mismo tiempo, desplazarse compartiendo puede ser cansado. Al fin y al lugar, si respetas a la persona que te aloja en su casa, lo natural es que en tu destino dediques tiempo a la charla, a cocinar poco a tus anfitriones... y a veces pienso que igual andamos demasiado agotados y estresados en la rutina como muestran constantemente investigaciones, además en España, como para esforzarnos en las descanso.
Igual al desplazarse ya solo queremos descansar, desconectar... igual es que tanto cansancio nos lleva a ser más individualistas. Socializar requiere de energía, de tiempo... En este delirio, donde dos amigas de España me han acompañado y estamos visitando a mis conocidos, obviamente estamos pasando horas comiendo, charlando, compartiendo puntos de perspicacia sobre la vida... ayer pasamos varias horas cocinando para pagar toda la hospitalidad y cariño que hemos recibido estos días.

A veces, mis conocidos de aquí y yo hacemos bromas a mis amigas que me acompañan sobre que las he engañado: no hemos venido de descanso, sino a estudiar idiomas y culturas y a hacer deporte (mis conocidos de Marruecos son muy deportistas) porque no paramos un solo segundo de socializar o conocer. Puede ser duro en tiempos de agotamiento pero lo que sí tengo claro es que es muy aleccionador.
Imagen | Foto de Beth Macdonald en Unsplash
En Genbeta | Esta web te dice cuánto vale tu casa o la que quieres comprar según datos del Catastro: consultamos el 'valía de narración'
En Genbeta | Si teletrabajas y quieres mudarte de ciudad, hay más de 30 países que ofrecen visados para proporcionar tu presentación. Hay paraísos
Compartir este artículo
Consultoria Personalizada
¡Si aun no tienes presencia en internet o
necesitas ayuda con tus proyectos, por favor, escribenos!