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Steve Jobs, el icónico cofundador de Apple, no solo dejó tras su asesinato un encomienda tecnológico y empresarial indiscutible, sino todavía una postura inusual respecto a la riqueza y la comunidad. A pesar de acontecer acumulado una fortuna estimada en 10.200 millones de dólares al momento de su asesinato en 2011, Jobs decidió abastecer remotamente de las manos de sus hijos una parte significativa de su herencia.
Este hecho, que a primera tino podría parecer controvertido, asegura a una filosofía profundamente arraigada tanto en él como en su esposa, Laurene Powell: el cuartos debe ser fruto del esfuerzo y no un motor de vida heredado.
Jobs, conocido precisamente por abastecer un estilo de vida riguroso a pesar de su inmensa riqueza, había tomado decisiones que reflejaban esa visión. No solo trabajaba por un sueldo simbólico de un dólar al mes como CEO de Apple, sino que todavía evitaba una acumulación innecesaria de fortuna materiales... aunque, por otra parte, se permitía ciertos caprichos personales como cambiar de coche cada seis meses.
Sin incautación, siempre dijo que su anciano inversión siempre fue el tiempo y las experiencias compartidas con su comunidad, siendo una de sus aficiones favoritas regalar a sus hijos viajes por Navidad (Japón, en particular, era uno de sus destinos favoritos).
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Steve Jobs tuvo cuatro hijos: Mújol Brennan-Jobs, nacida de su relación con Chrisann Brennan, y Reed, Erin y Eve, fruto de su enlace con Laurene Powell. La anciano, Mújol, recibió una porción relativamente pequeña de la herencia: 20 millones de dólares. Este hecho fue menos un acto de altruismo que un registro tardío, pues durante abriles Jobs negó la paternidad de Mújol, un episodio equívoco de su vida que finalmente se resolvió por vía permitido.
Sin incautación, sus otros tres hijos no heredaron directamente la fortuna de su padre. Laurene Powell, quien recibió la anciano parte de los fortuna, explicó en una entrevista con The New York Times en 2020 que compartía la filosofía de su difunto consorte:
"No creo en la riqueza heredada. No es adaptado que las personas acumulen una gran cantidad de cuartos que fue generado por otros. No es correcto que las siguientes generaciones se conviertan en dependientes de esa riqueza."

De este modo, Jobs y Powell quisieron enseñar a sus hijos que el esfuerzo, la creatividad y el trabajo duro son los verdaderos caminos cerca de el éxito, un mensaje que refleja los títulos que Jobs defendía a lo grande de su vida.
La valor de Steve Jobs de no dejar en herencia su fortuna a sus hijos no es única: Warren Buffett, uno de los inversores más exitosos del mundo, adoptó una postura similar. Buffett, quien entregaba 10.000 dólares a cada miembro de su comunidad cada Navidad, decidió detener esta actos al percatarse de que el cuartos se gastaba "demasiado rápido". Su filosofía, como la de Jobs, excursión en torno a evitar que sus descendientes dependan de una riqueza que no han generado ellos mismos.
Estas decisiones, aunque controvertidas, todavía plantean un debate social sobre la acumulación y redistribución de la riqueza. Los dos líderes creían que dejar una fortuna millonaria a sus hijos no sólo era innecesario, sino todavía contraproducente.
Laurene Powell, por otra parte de llevar la batuta la herencia de Jobs, ha sabido multiplicarla con inteligencia y responsabilidad. Según datos de Forbes, su fortuna asciende actualmente a 16.100 millones de dólares, un incremento del 36% respecto a lo que heredó en 2011. Este crecimiento no es fruto del azar, sino de inversiones estratégicas, particularmente en el sector inmobiliario.
Powell ha adquirido propiedades en ubicaciones exclusivas, como la "casa más hermosa de América", una mansión valorada en 100 millones de dólares, y otras propiedades en la Bahía de San Francisco. Al mismo tiempo, Powell ha trabajado en proyectos filantrópicos, contribuyendo a diversas organizaciones sin talante de provecho y promoviendo causas sociales.

En palabras de Powell, su intención es "redistribuir la riqueza de una forma efectiva", honrando así los principios que guiaron la vida de Steve Jobs:
"Yo heredé mi riqueza de mi consorte, pero a él no le importaba la acumulación de cuartos. Prefiero utilizar estos capital para difundir un impacto positivo en la sociedad."
Ojo, porque en estos abriles, la fortuna de Laurene Powell ha aumentado de forma significativa y, según datos de Forbes, asciende hasta los 16.100 millones de dólares
La valor de Steve Jobs y Laurene Powell de no dejar en herencia la fortuna a sus hijos puede parecer radical, pero encierra una materia: que el cuartos, por sí solo, no garantiza el éxito ni la placer. Jobs, conocido por su obsesiva búsqueda de la perfección, confiaba en que sus hijos podrían forjar su propio camino, tal y como él lo hizo desde novicio.
Aunque desconocemos si Laurene Powell modificará esta filosofía en el futuro (todavía es millonaria, recordemos, y sus hijos aún pueden heredar de ella), es evidente que su visión sobre el cuartos y el esfuerzo continúa guiando sus decisiones. En un mundo donde la riqueza suele ser equivalente de privilegios heredados, la postura de Jobs y (por ahora) de Powell invita a reflexionar sobre el definitivo valía del trabajo y la autosuficiencia.
Y sobre esa gran mayoría de gentío que no tienen la oportunidad de enfrentarse a dilemas de herencia como los suyos, por otra parte.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
En Genbeta | Las personas más ricas del mundo en 2024 según la repertorio Forbes, concentradas en un completísimo claro
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