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Antaño de reanimar hacienda, crear una app o exhalar una campaña de marketing, hay una pregunta que toda startup debe objetar con precisión quirúrgica: ¿cuál es tu maniquí de negocio? Es la brújula estratégica, la cojín que conecta la propuesta de valía con la monetización. Sin eso claro, todo lo demás se tambalea.
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Un maniquí de negocio define cómo una empresa crea, entrega y captura valía. En otras palabras, alega a preguntas esenciales como: ¿a quién vendes?, ¿qué ofreces?, ¿cómo lo entregas? y ¿cómo generas ingresos sostenibles? Si una de estas piezas defecto, el castillo se desmorona.
«Un maniquí de negocio no es una hoja de Excel: es una novelística clara sobre cómo funciona tu empresa.» — Alex Osterwalder
Una de las metodologías más claras para disponer tu maniquí es el Business Model Canvas. Este esquema visual divide los componentes esenciales de un negocio en nueve bloques que te permiten tener una horizonte integral y ágil para ajustar o validar tu idea.
No todos los negocios operan igual. Algunos viven de suscripciones, otros de licencias, algunos son intermediarios y otros venden experiencias. Nominar el maniquí correcto depende de tu producto, tu mercado y tu capacidad de ejecución.
| Maniquí | Ejemplo | Delantera principal |
|---|---|---|
| Suscripción | Netflix, Spotify | Ingresos recurrentes predecibles |
| Freemium | Dropbox, Canva | Captación masiva con monetización progresiva |
| Marketplace | Airbnb, Amazon | Escalabilidad sin inventario propio |
| Deshonestidad o royalty | Microsoft Office | Monetización por propiedad intelectual |
| SaaS (software como servicio) | Hubspot, Notion | Costes operativos bajos y detención ganancia |
Muchos emprendedores cometen los mismos fallos una y otra vez. No puntada con tener una buena idea. Muchos modelos de negocio fallan porque se construyen sobre suposiciones débiles o se basan en una sola fuente de ingresos. Evita estos errores típicos desde el inicio.


No hay mejor forma de asimilar que haciendo, como ocurren en la formación de IEBS. Este pequeño examen te ayudará a comenzar a disponer tu propio maniquí de negocio de forma experiencia, rápida y accionable.
Estas son algunas de las dudas más comunes que surgen al platicar de modelos de negocio. Si las conoces ayer de comenzar tu startup es probable que te ahorres algún disgusto y mucho metálico.
¿Es lo mismo un maniquí de negocio que una táctica?
No. El maniquí de negocio define la estructura operativa y económica; la táctica define cómo vas a competir en el mercado.
¿Puedo tener varios modelos a la vez?
Sí, pero necesitas gestionarlos con claridad para evitar fricciones internas y confusión en el mercado.
¿Cuándo debo cambiar mi maniquí de negocio?
Cuando el mercado cambia, tu propuesta pierde tracción o descubres una mejor forma de monetizar.
No existe el maniquí de negocio valentísimo, pero sí uno adecuado para tu momento, tu industria y tu tipo de cliente. Define, valida, ajusta. Y recuerda lo que le digo siempre a todos los emprendedores: una startup con una mala idea pero un buen maniquí puede sobrevivir. Una buena idea sin maniquí, no dura ni un trimestre.
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