el streaming tiene un problema y no es subir precios

Disclaimer: la que estaba suscrita a Max desde que llegó a España en octubre de 2021 es mi pareja, pero el tema de las suscripciones en casa es poco usual porque nos permite disfrutar a ambas de una ofrecimiento de streaming más completa. Sin requisa, tras el postrero cambio de Max diremos adiós a la plataforma de Warner Bros. Discovery para acontecer a convertirse una itinerante más de esas a las que me doy de ingreso y de disminución para darme atracones cuando poco me interesa.

Y lo haré con pena, porque para mí Max era la plataforma de streaming con mejor contenido. Soy fiel a Prime porque el servicio de vídeo es un extra a la auténtica razón por la que me di de ingreso: los envíos rápidos y gratuitamente de Amazon y todavía a Filmin, que gracias a las ofertas del Black Friday me permite disfrutar del mejor cine y cine rotatorio durante todo el año. Pero si hablamos de series de calidad, Max se llevaba la palma.

Sostener la promoción original de HBO ya no me renta, ni con un 50% de descuento

Por eso cuando HBO Max llegó a España, no nos lo pensamos dos veces. Y encima como prometía una ofrecimiento del 50% para siempre, con más razón si junto a. Los únicos requisitos eran precisamente haberse suscrito en el periodo original y no darse de disminución y cumplir los términos y condiciones de la promoción. Y así lo hicimos, lo que implicó que algunos meses pagamos la suscripción pese a no utilizarla demasiado.

El pasado 21 de mayo de 2024 HBO Max pasó a llamarse Max: nuevo nombre, más contenido, mismo precio y ojo, la promesa de permanecer esa ofrecimiento del 50% para siempre... siempre y cuando mantengas la suscripción y cumplas las condiciones. Dicho y hecho: pasamos por el aro. Hasta ahora. Dicho y hecho: pasamos por el aro. Hasta ahora.  Porque sí, Max sigue manteniendo la promoción del 50% de descuento, pero cambia lo que ofrece, lo que en esencia es degradar el plan.

Porque por el mismo efectivo, ahora dan menos, una reduflación en toda regla.  A modo de síntesis, a quienes estábamos desde el principio y saltamos a Max pasamos al plan Standard, con contenido en 4K, HDR y Dolby Atmos y tres visualizaciones simultáneas. Con esta nueva medida,  ya no podremos disfrutar de la reproducción en calidad UHD/4K ni del HDR y solo podrá estar en dos dispositivos a la vez. No acaba aquí la cosa, en esos términos y condiciones anteriormente mencionados aparece que si cambias tu suscripción, perderás el beneficio de la ofrecimiento.

Contenido de comunicación por mail de Max a clientes de la ofrecimiento

Y ya es la podagra que colma el vaso. Entiendo que inicialmente tiene que ocurrir una ofrecimiento promocional para tratar de ganarse su cuota de mercado y que de la escalón de expansión llega la de agenciárselas la rentabilidad, por lo que es corriente que haya alguna subida de precio o restricciones como el adiós a compartir cuenta. No importa, todo sea por sostener la promoción del 50%. Incluso aunque las series propias lleguen cada vez más con cuentagotas y haya cancelaciones inexplicables.

Lo mejor para disfrutar del streaming es un Smart TV (menos alguna excepción como en viajes, donde tiras de la tablet) y aquí la norma es el 4K: raro es encontrar un televisor que ni sea smart ni alcance el 4K. Sin requisa, no puedo aprovecharlo con el streaming porque en la praxis supone tener que remunerar más.

Imaginemos que a posteriori de esta comunicado, decido mejorar mi plan para usar la resolución de mi televisor pasando del plan Standard al Premium. Podría hacerlo sí, pero a costa de cambiar esa promoción al 50%, ya que en la praxis esto supone 'Cambiar tu suscripción'. O sea, estoy dispuesta a remunerar más para permanecer condiciones que me interesa y aún así pierdo la promoción.

Entiendo la búsqueda de rentabilidad, me parece poco sensato y esperable de cualquier negocio, pero desde el respecto y el cuidado a sus clientes: con esta medida o tragas solo por permanecer o te están abocando a perder la promoción vitalicia.  Max ha tensado demasiado la cuerda y en mi casa se ha roto.

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Portada | Eva Rodríguez de Luis