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¿Has pasado acertadamente tus audífonos hace poco? Yo sí, y me horroricé de lo asquerosos que estaban. Mis fieles AirPods de Apple estaban tan sucios y llenos de cera que me daba verdadera vergüenza y casi me resistía a retornar a ponerme poco tan desagradable en los oídos.
Pero, ¿los AirPods amarillentos son un peligro para la lozanía? Le pregunté al médico Jonathan Webster, de la plataforma Doctify. Me explicó que, aunque la cera del oreja es protectora y forma parte del proceso natural de exactitud del oreja, "los problemas surgen porque el uso prolongado de los audífonos impide que la cera salga de forma natural en dirección a el exógeno, así se acumula, atrapando la humedad y haciéndola propensa a infectarse".
Los audífonos además pueden empujar la cera en dirección a el interior del conducto auditivo, provocando obstrucciones y molestias. Hay una razón por la que al otorrinolaringólogo le gusta tanto el dicho: "No pongas nadie más pequeño que tu codo en tu oreja". Webster describió que "definitivamente ha habido un aumento de los problemas asociados con el uso de audífonos, incluyendo la pérdida de gala, tinnitus e infecciones varias".
La pérdida de gala poco tiene que ver con mi mala exactitud de los audífonos, pero hay que recapacitar que la exposición prolongada a ruidos fuertes puede dañar las células ciliadas del oreja interno: cocleares, lo que provoca una pérdida de gala permanente. "Con los audífonos de timbre, el sonido se concentra en el oreja, por lo que es más probable que cause problemas", añade Webster. Por ejemplo, el Servicio Doméstico de Vigor del Reino Unido aconseja que los usuarios que usan audífonos no escuchen música a más del 60% del cuerpo mayor, ni durante más de una hora seguida.
Fotografía: Chris Haslam
En 2019, el canal ABC 11 citó una investigación del bacteriólogo Michael Taveirne, de la Universidad Estatal de Carolina del Meta; tomó muestras de varios audífonos diferentes y envió cultivos para su exploración. Los resultados mostraron estafilococos y pseudomonas, dos tipos de bacterias que pueden causar infecciones en las circunstancias adecuadas.
Asimismo, un otorrinolaringólogo de Florida subraya que los audífonos albergan unas 2,700 veces más bacterias que una tabla de cortar corriente, o seis veces más bacterias que el fregadero de la cocina. Eso es harto asqueroso, pero incluso así no está asegurado que te infectes. Las bacterias no son intrínsecamente problemáticas, pero si tus audífonos no se ajustan acertadamente y siempre estás jugueteando con ellos, hay un decano peligro de que raspes o dañes el canal auditivo, lo que creará las condiciones perfectas para que proliferen las bacterias. Si a esto le añadimos el sudor del adiestramiento y las horas de uso diario, nos podemos aceptar una desagradable sorpresa.
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