El 'Renfe alemán' aún ficha a expertos en un sistema operativo sin soporte desde hace décadas. Sus trenes los mueve Windows 3.11

Vivimos en una época en la que la innovación tecnológica parece imparable, en la que todos nos pasamos el día hablando del final aullido en IA, y en la que el PC que te regalaron hace dos abriles no es compatible ya con Windows 11. Quizá por eso, hace un año, un anuncio de empleo para un puesto de administrador de sistemas en Alemania (más aún, en la compañía estatal de ferrocarriles, Deutsche Bahn) llamó la atención de medio mundo por un peculiar requisito...

... el de contar con conocimientos y experiencia relativos a Windows 3.11 y MS-DOS, los dos sistemas operativos (o, más correctamente, un sistema activo y una interfaz gráfica) con más de tres décadas de decrepitud.

Si no está roto, no actualices

Este insólito anuncio, que ya ha sido retirado tras ocurrir sido publicado en el portal de empleo Gulp.de, y que para algunos parece sacado de una cápsula del tiempo, revela una fascinante fase del mundo ferroviario tudesco, donde lo que en otros sitios es pura nostalgia tecnológica allí sigue siendo técnicamente relevante.

Pero la dependencia de tecnologías obsoletas no es poco exclusivo de Alemania: la comunicación llegó pocos días posteriormente de saberse que Japón había esperado hasta 2024 para dejar de exigir el uso de disquetes en su empresa pública.

Y es que, a pesar de la obsolescencia de Windows 3.11 (celebró su 31 aniversario hace tan sólo unas semanas y dejó de aceptar soporte de Microsoft en 2001), estos SO's siguen siendo utilizados en los trenes de incorporación velocidad ICE 1 e ICE 2 de Alemania.

En concreto, estos sistemas se encargan de proporcionar información técnica esencial en tiempo vivo (o lo más cercano posible a tal concepto en Windows 3.11) a los conductores de tren.

Y la dependencia alemana con respecto a esta tecnología podría dilatarse hasta 2030 o incluso más allá. Los equipos en uso cuentan con procesadores de 166MHz y 8MB de RAM, lo que parece una reliquia en comparación con la tecnología presente.

Como ocurre con la reducida-pero-aún-vigente demanda de programadores de lenguajes como Fortran y COBOL, esta clase de sistemas críticos, donde la estabilidad y la confiabilidad son prioritarias, se rigen por la filosofía del "si no está roto, no lo arregles".

Imagen | Marcos Merino mediante IA

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