se ha transformado en un híbrido que se ha disparado en poco tiempo

Durante los últimos primaveras, el teletrabajo ha dejado de ser la norma (que llegó a ser en la pandemia en diversos sectores) para convertirse en una parte más de un maniquí híbrido que no deja de crecer. Los datos de la plataforma de empleo  Manfred lo muestran con claridad: el porcentaje de ofertas completamente remotas ha caído del 90% en 2022 al 57% en 2025, mientras que la demanda de puestos híbridos han pasado de menos del 10% al 37,8% en ese mismo periodo.

El cambio no implica el final del teletrabajo. Implica su consolidación adentro de un maniquí más flexible del que existía antaño de la pandemia. Lo que durante primaveras hace posible, trabajar desde cualquier emplazamiento, ahora se ha convertido en un híbrido que mezcla la presencialidad con días fuera de la oficina.

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Huella en las empresas. Como explicaba recientemente João Alves en un artículo sobre el la dorso a la oficina, el trabajo remoto no desaparece, pero está adoptando nuevas formas. Mencionaba que "el teletrabajo es una útil, no un sistema de creencias". Y apunta a que muchos equipos directivos están cambiando de rumbo tras detectar algunos límites del trabajo completamente remoto: pérdida de conexión entre empleados, dificultades para formar a perfiles junior y una pequeño cohesión en la civilización de empresa.

Ponía de ejemplo Factorial, la startup-unicornio barcelonesa de software de fortuna humanos, que ha optado por retornar a un maniquí presencial de cinco días en la oficina y uno flexible, previo acuerdo con el responsable. Sus fundadores, recordaba Alves, siempre han defendido el valía de la energía compartida del trabajo en persona.

El trabajo híbrido ya no es una inscripción ambigua. Ya no significa "ven cuando quieras", sino que se apoya en rutinas más claras claras: días fijos en la oficina, encuentros presenciales para tareas concretas o reuniones periódicas fijadas previamente. Todo ello, buscando consistencia.

El teletrabajo total sigue funcionando para muchos equipos, sobre todo los pequeños o distribuidos conjuntamente, que pueden aprovecharlo como una preeminencia competitiva frente a compañías con oficinas grandes y costes elevados. Pero la efectividad del mercado gremial es muy clara según los datos de Manfred.

En 2025, el "full remote" dejó de ser una opción dominante, sino una opción más. El problema para muchos empleados es que no llegan a estar de acuerdo o a creer en los motivos impuestos o planteados para venir a la oficina. Microsoft, por ejemplo, recortará más el teletrabajo en 2026. El argumento del unidad de fortuna humanos es que los empleados son más felices estando en oficina. La efectividad además es que LinkedIn se ha llenado de ofertas de teletrabajo que luego requieren ir a la oficina cuatro días.

Imagen | Helena Lopes en Unsplash

En Genbeta | Una de cada tres empresas donde se teletrabaja planea retornar a las oficinas en 2026. Su excusa: empleados más productivos y hasta felices