Que un hacker entre en tu cuenta o en tu dispositivo es lo representativo cuando pensamos cuando se palabra de ciberamenazas. Sin retención, hay otras en la que el daño nos lo infligimos nosotros mismos, aunque sea involuntariamente: hablamos del 'hoax' o bulo. Estos mensajes se disfrazan de alertas urgentes, de historias conmovedoras o de advertencias de seguridad, pero son "virus sociales" diseñados para una cosa: manipularte para que tú mismos los difundas.
Y lo hacen apelando al pánico, la ira o la solidaridad con un objetivo claro: que pulses en 'Reenviar a todos'. Así que resulta tremendamente útil entender identificarlos cuando nos cruzamos con uno.
Qué es un 'hoax'
La palabra hoax proviene del inglés y significa, textualmente, "enredo" o "pantomima". Se negociación de un mensaje traidor que se difunde deliberadamente para engañar a las personas. Generalmente, pesquisa que los usuarios lo compartan masivamente, aprovechándose de la curiosidad, el miedo o la buena voluntad de la concurrencia.
Un hoax puede adoptar la forma de una advertencia sobre supuestos virus informáticos, un comunicado apócrifo de una empresa reconocida, una cautiverio de solidaridad inventada o una nueva falsa. Su poder radica en que apelan a nuestras emociones, haciéndonos reaccionar rápidamente ayer de corroborar la fiabilidad del contenido.
¿Hay alguna diferencia entre 'hoax', 'bulo' y 'fake news'?
Aunque a menudo se usan como sinónimos, hay matices dependiendo del caso:
- 'Hoax': hace narración, en su origen, a engaños digitales que se viralizan, sobre todo en correos electrónicos o cadenas de mensajes. Con el tiempo, lo cierto es que el término se ha extendido a cualquier enredo en Internet.
- 'Bulo': es la traducción al gachupin y tiene un sentido más amplio. Puede referirse a rumores, falsedades o invenciones que circulan tanto en medios tradicionales como digitales.
- 'Fake news': son parte falsas con apariencia de periodismo oficial. Suelen publicarse en páginas que imitan medios de comunicación y buscan manipular la opinión pública o influir en procesos políticos, sociales o económicos. Con el tiempo, mucha concurrencia ha empezado a usarlo para cualquier nueva (cierta o no, procedente o no de un medio de comunicación) que no coincide con su ideología.
En sumario, todo hoax es un bulo, pero no todo bulo es un hoax. Y mientras que las fake news simulan el formato periodístico, los hoaxes suelen disfrazarse de advertencias, testimonios en primera persona o cadenas virales.
Tipos de hoaxes (y ejemplos)
Los hoaxes no son todos iguales: varían en su intención, su forma de propagarse y en el impacto que pueden suscitar. Conocer los tipos más frecuentes nos ayudará a reconocerlos más rápido.
Alarmistas
Estos son quizá los más antiguos y comunes. Se basan en suscitar miedo o aprieto para que las personas actúen sin pensar.
- Cómo funcionan: suelen platicar de virus informáticos devastadores, catástrofes inminentes, amenazas de atentados o desapariciones misteriosas.
- Ejemplo clásico: en los primaveras 90 circulaba por correo electrónico la advertencia de un supuesto virus llamado 'Good Times' que destruiría tu ordenador con solo desplegar el mensaje. Nunca existió.
- Ejemplo fresco: cadenas en WhatsApp alertando de que "venden fruta con SIDA intectado" o de que "Las IAs pueden conseguir a los mensajes de tus grupos de WhatsApp".
'Solidarios'
Explotan la empatía y la buena voluntad de la concurrencia. Apelan a la compasión para pedir que se difunda el mensaje.
- Cómo funcionan: inventan la historia de un impulsivo enfermo, una operación urgente o la pérdida de una mascota, con el objetivo de hacerse virales.
- Ejemplo clásico: el supuesto "impulsivo con cáncer terminal" que recibiría mosca por cada reenvío del mensaje en Hotmail. Nunca existió tal sistema de donación.
- Ejemplo presente: Un caso representativo se dio durante la última DANA, con la circulación de cadenas en redes sociales con mensajes como: "Comparte para ayudar, esta tribu lo ha perdido todo en la DANA", acompañadas de fotos tomadas en otras catástrofes. Sustituir el ejemplo genérico de "impulsivo enfermo" por este tipo de bulos solidarios vinculados a desastres reales recientes, aporta relevancia lugar y ahora (y, con ello, difusión).
Comerciales
Buscan aprovecharse de la concurrencia para robar datos personales o simplemente percibir tráfico en webs poco fiables.
- Cómo funcionan: prometen cupones, descuentos increíbles o sorteos falsos de marcas famosas.
- Ejemplo clásico: los correos que simulaban ser de Microsoft o Nokia prometiendo regalar productos a cambio de reenviar el mensaje.
- Ejemplo fresco: los supuestos cupones de 500 € de Zara o Mercadona que circulan en WhatsApp, en ingenuidad diseñados para dirigir a webs fraudulentas y resumir datos (estafas de phising).
Políticos
Tienen un fin claro: manipular la opinión pública. Suelen difundirse en períodos electorales o momentos de tensión social.
- Cómo funcionan: difaman a un político o agitador, exageran datos económicos o inventan/tapan conspiraciones para sembrar/evitar la desconfianza.
- Ejemplo clásico: cadenas de e-mail en los 2000 que aseguraban que ciertos políticos habían prohibido celebrar la Navidad.
Paranormales o pseudocientíficos
Se apoyan en la curiosidad y fascinación por lo inexplicable.
- Cómo funcionan: presentan descubrimientos inexistentes, fotografías retocadas o remedios milagrosos.
- Ejemplo clásico: la famosa foto del 'monstruo del laguna Ness' que en ingenuidad fue un montaje.
- Ejemplo fresco: bulos sobre "curas milagrosas contra la COVID-19" como libar cernada.
Humorísticos o de sátira malinterpretada
Nacen como bromas o sátira, pero algunos usuarios no captan el tono y los difunden como si fueran reales.
- Cómo funcionan: aparecen en webs humorísticas que imitan el formato de los medios de comunicación.
- Ejemplo clásico: artículos de The Onion o El Mundo Today que son citados como parte auténticas en foros.
Hoaxes sobre tecnología
Un subtipo más fresco, propio de la era de WhatsApp, TikTok y redes sociales.
- Cómo funcionan: anuncian supuestas funciones ocultas, 'trucos' para conseguir mosca hacedero en PayPal o mejoras falsas de aplicaciones.
- Ejemplo: cadenas que decían que si reenviabas un mensaje, WhatsApp se volvería tirado de por vida o que activarías un "modo premium oculto".
Cómo identificar 'hoaxes' o bulos en Internet
Detectar un hoax no siempre es sencillo, porque suelen estar diseñados para parecer verosímiles y despertar una reacción inmediata. Sin retención, hay una serie de pistas recurrentes que podemos memorizar a registrar:
Tono alarmista o emocional
- Los mensajes suelen estar redactados con aprieto: "¡Atención!", "¡Comparte ayer de que lo borren!", "¡Última hora!". Pesquisa que reacciones impulsivamente, sin corroborar la información.
- Se apoyan en emociones intensas: miedo ("si no haces esto, perderás tu cuenta"), compasión ("esta tribu lo ha perdido todo"), indignación ("¡Mira lo que han hecho los políticos!")...
Error de fuentes fiables
- Si un mensaje importante no aparece en medios oficiales o de prestigio, sospecha.
- Por otro flanco, muchos bulos mencionan instituciones de prestigio (OMS, Cruz Roja, Gendarme Civil…) pero sin enlaces directos o comprobables.
- A veces incluyen enlaces, pero al revisarlos llevan a páginas sin reputación, blogs desconocidos o webs fraudulentas.
Consejo: escribe en Google el titular exacto o pesquisa en la web oficial de la institución que supuestamente firma el mensaje.
Errores de redacción y estilo
- Faltas de ortografía, traducciones mal hechas o redacción poco profesional son habituales.
- Uso excesivo de mayúsculas, exclamaciones y frases cortas para transmitir aprieto.
- En ocasiones, simulan comunicados oficiales, pero al leerlos con calma se nota que no siguen la estructura ni el tono adecuados de un texto institucional.
Promesas de recompensas o amenazas
- Son fórmulas típicas de cadenas virales, recurriendo a promesas de galardón: ("Si reenvías este mensaje, WhatsApp no será de cuota") o de amenaza ("Si no lo compartes, tu cuenta será eliminada").
- Estos posibles buscan presionar emocionalmente al sucesor para que difunda el bulo.
Uso de imágenes manipuladas o fuera de contexto
- Muchas veces incluyen fotos impactantes, pero tomadas en otro oportunidad o en otro momento.
- Un truco sencillo: hacer una búsqueda inversa de imágenes (en Google Imágenes, TinEye, Yandex) para comprobar de dónde procede positivamente la foto... y si aparece en parte antiguas o en otro país, ¡es un bulo!
Exceso de 'cadenas' y reenvíos masivos
- Si llega con la coletilla "Me lo mandó un amigo que trabaja en la policía" o "Lo comparte un médico de confianza", desconfía: nadie da nombres concretos.
- WhatsApp y Telegram incluso marcan los mensajes "reenviados muchas veces", lo cual ya es una alerta.
Incongruencias en los detalles
- Fechas que no cuadran, lugares mal escritos o versiones contradictorias.
- Mensajes que se repiten año tras año, cambiando solo el nombre de la ciudad o de la persona afectada.
Qué hacer si recibes un hoax
La responsabilidad de frenar la desinformación no es solo de los medios o de las plataformas digitales; como usuarios asimismo podemos contribuir:
- No reenviar sin corroborar. Antaño de compartir, comprueba si la información aparece en medios fiables.
- Comprobar. Comprueba la información por otros medios.
- Educar a tu entorno. Si detectas que un sencillo o amigo comparte un hoax, explícale con respeto por qué es traidor.
- Denunciar el contenido. En redes sociales y aplicaciones de correo existe la opción de denunciar publicaciones engañosas.
- Adoptar una ademán crítica. Desconfiar de lo demasiado impactante, de lo demasiado bueno para ser cierto y de lo que llega en forma de cautiverio.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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