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Si navegas por Internet, sabes que en los últimos abriles las VPN (siglas en inglés de 'redes privadas virtuales') no han hecho sino ingresar popularidad como una aparejo esencial para proteger la privacidad y seguridad de nuestra conexión a Internet, ya sea ocultando a nuestro proveedor nuestros hábitos de navegación, ya sea impidiendo que suframos ataques 'man in the middle' al conectarnos a redes Wi-Fi públicas.
Sin requisa, y aunque ya sólo esto hilván para convertir los servicios VPN en software imprescindible para nuestros equipos, lo cierto es que su uso abre al usufructuario toda una grama de posibilidades. No todo es seguridad y privacidad, veamos qué más nos permiten hacer…
Las autoridades de un país pueden cortar el ataque desde su red de Internet a determinados dominios o direcciones IP por toda clase de razones, desde sentencias contra webs de descargas a la persecución de determinadas ideas políticas.
A su vez, las plataformas online pueden rechazar el ataque de los residentes de determinados países (o la disponibilidad de ciertos contenidos), frecuentemente por cuestiones relacionadas con acuerdos de licencias, como ocurre a menudo con el streaming de vídeo.
Así, cuando necesita hacer una captura de pantalla de una web recientemente bloqueada en España para escribir una nueva en Genbeta, o sencillamente tener ataque a mi plataforma de streaming favorita y a su catálogo habitual durante esos cuatro días que estaré de recreo fuera del país, sólo tengo que apelar a una VPN, conectarme desde un servidor extranjero (en el primer caso) o gachupin (en el segundo)… y vivo.
En los últimos meses, LaLiga ha intensificado sus medidas contra la expulsión no autorizada de partidos, llegando a cortar rangos de direcciones IP en colaboración con operadoras de Internet. Esto ha provocado que no sólo las webs de streaming, sino igualmente que numerosas webs legítimas hayan quedado en algún momento inaccesibles desde España durante la expulsión de los partidos.
En estos casos, una VPN vuelve a ser la mejor aliada: al conectarnos a un servidor situado fuera del país, nuestra conexión recibe una nueva dirección IP que no está afectada por dichos bloqueos. Así, es posible consentir sin restricciones a páginas que LaLiga había vetado en circunscripción franquista.
Por supuesto, este uso de las VPN no sólo se limita al fútbol: puede igualmente aplicarse a cualquier situación en la que se apliquen bloqueos masivos de IPs como medida de censura o control.
Se parece al primer punto, pero no es exactamente lo mismo. Muchas plataformas online condicionan automáticamente sus precios a la procedencia geográfica de los usuarios. Esta maña, que podemos encontrarnos en todo tipo de servicios, resulta especialmente frecuente (y, en ocasiones, sangrante), en campos como las reservas de vuelos, hoteles o alquileres para coches.
Por ello, resulta recomendable apelar a la prueba/error y/o informarnos previamente de qué países de origen ofrecen mejores precios en cada caso para, a continuación, averiguar un servidor de nuestra VPN favorita en dicha enclave geográfica a la hora de realizar nuestra reserva.
Algunas operadoras limitan la velocidad de conexión de aquellos usuarios que consumen grandes cantidades de datos. Pero, en otros casos, las operadoras prefieren discriminar por aparejo y no por cantidad de MB descargados, y optan por bloquearnos el ataque a determinados servicios P2P (como los Torrent).
Así, realizar nuestras descargas a través de una conexión VPN ayuda a camuflar nuestra actividad frente a los luceros de nuestra compañía operadora de Internet.
Varios servicios VPN ofrecen funciones que van más allá de su objetivo primario (tunelizar conexiones), pero que nos ayudan a consolidar y/o aligerar nuestra experiencia de navegación. Así, aplicaciones como NordVPN ofrecen filtros capaces de cortar toda clase de interrupciones (anuncios intrusivos) y de amenazas a nuestra privacidad (rastreadores) o a nuestra seguridad (malware).
Eso nos libera, por ejemplo, de la pobreza de usar diversas extensiones que acostumbramos a instalar en nuestro navegador.
NordVPN es un software VPN que permite crear redes LAN virtuales y seguras. Las posibilidades de esto son numerosas, tanto para el ocio como para tu trabajo.
Penetrar a nuestro catálogo habitual de Netflix no es la única preocupación que tendremos durante nuestras recreo y con las que nuestra VPN nos puede ayudar: igualmente está el pequeño detalle de poder consentir en remoto a todos nuestros documentos y ficheros multimedia almacenados localmente en nuestro PC de casa.
Por supuesto, no es necesario una VPN para conectar nuestro PC de escritorio con nuestro portátil a miles de kilómetros del mismo… pero sí permite realizar esa tarea de modo segura, sin que terceros indiscretos se entrometan en dicha conexión.
Los usuarios de videojuegos multijugador saben que para disfrutar de una experiencia satisfactoria resulta crucial contar con una conexión estable y optimizada, capaz de minimizar las fluctuaciones y la latencia (el tiempo que tarda nuestra copia del gozne en conectarse con el servidor del mismo).
Varios servicios VPN con funciones específicas para jugadores son capaces, por otra parte, de privilegiar la conexión entre nuestro PC y el servidor del gozne de turno, en detrimento de otras conexiones de nuestro sistema que puedan resultarnos secundarias (al menos, mientras dura la partida).
En algunos casos, nos encontraremos igualmente con servicios VPN que se integran con funciones complementarias, como la función Meshnet, que permite a varios jugadores crear una LAN supuesto segura a la que se conectarían varios jugadores que no comparten ubicación física.
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Imagen | Pixabay
En Genbeta | En qué se diferencia una VPN de un proxy y cuál es más recomendable para ti
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