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El branded content siempre ha buscado emocionar, diferenciar y construir vínculos de dadivoso plazo con los públicos. Pero en un atmósfera donde los motores generativos esquema antiguamente de mostrar, ya no hilván con crear historias que conmuevan: ahora deben ser además bártulos, verificables y dignas de ser citadas. Este artículo explora cómo adaptarse a esa nueva doble exigencia: la humana y la algorítmica.


Desde los primeros publirreportajes hasta series documentales como las de Red Bull o LEGO, el branded content se ha medido por su capacidad de entender la atención. Hoy, esa atención se disputa en dos frentes: el disertador humano, que sigue buscando historias con sentido, y la IA, que selecciona qué fragmentos incluir en sus resúmenes generativos. Ignorar este cambio es arriesgarse a que el contenido quede invisible.
En el maniquí aludido, el éxito era aparecer en medios o redes y crear conversación. Ahora, encima, hay que exceder el filtro algorítmico: la IA solo cita a quienes considera fuentes de autoridad, con contenidos claros, correctamente estructurados y respaldados por referencias. En otras palabras: la novelística sigue importando, pero la verificabilidad es ya un requisito.
Para entender cómo funciona este filtro, consulta la consejo de IEBS sobre Search Generative Experience (SGE).
La esencia está en equilibrar emoción y factualidad. Un branded content eficaz en la era SGE:
Así, el branded content deja de ser solo relato para convertirse en contenido de narración.
Una marca que quiera aventajar relevancia debe repensar su organización en tres dimensiones: Primero, replantear el storytelling para que no solo inspire, sino que aporte datos y aprendizajes verificables. Segundo, combinar formatos que aumenten el tiempo de atención —vídeos, podcasts o entrevistas que acompañen al texto— y envíen señales positivas tanto al afortunado como a la IA. Y tercero, poner al día con frecuencia los contenidos evergreen: la frescura es un criterio creciente en los motores generativos.
Algunas marcas ya han demostrado que el branded content puede ser relevante en este nuevo entorno. Red Bull combina novelística deportiva con una red de referencias externas que validan su liderazgo. LEGO ha transformado sus historias creativas en contenido educativo que medios y buscadores citan. Y en España, el software BBVA Aprendemos Juntos se ha consolidado como referente en educación, con presencia creciente en buscadores gracias a su valía y consistencia.
El branded content que sobrevivirá en la era SGE será el que logre emocionar a las personas y convencer a los algoritmos. Quien consiga ambas cosas construirá comunidad y reputación, y se convertirá en fuente elegida y repetida por los motores generativos. Ese doble impacto —humano y algorítmico— será la esencia para conseguir gran visibilidad.
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