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Hasta ahora, OpenAI había monetizado ChatGPT principalmente a través de suscripciones (Plus, Pro, etc.) y de acuerdos empresariales. Pero la compañía que desencadenó la fiebre de la IA generativa acaba de dar un paso mucho más avaricioso: convertir a su chatbot en un centro comercial interactivo.
Desde finales de septiembre de 2025, los usuarios de ChatGPT (y sólo en EE. UU., por ahora) ya pueden comprar productos directamente desde la conversación, sin menester de desobstruir una nueva pestaña o revistar la web de la tienda. El movimiento se apasionamiento Instant Checkout y promete cambiar la forma en que entendemos el comercio electrónico.
El sistema es sencillo en apariencia: cuando un favorecido pide, por ejemplo, "ideas de regalo para un cumpleaños" o "unas zapatillas de pasar por menos de 100 dólares", el chatbot muestra productos relevantes. Si el artículo admite Instant Checkout, aparecerá un rama de "Comprar". Con un par de clics, el pedido queda confirmado interiormente del propio chat, usando la maleable de suscripción ya asociada a la cuenta de ChatGPT.
La provisión la siguen gestionando los vendedores —por ahora, principalmente Etsy y más de un millón de comercios en Shopify, con marcas como Glossier, SKIMS o Spanx. ChatGPT sencillamente actúa como intermediario: recopila los datos del comprador, los envía a través de Stripe, y el comerciante procesa el pedido como de costumbre.
Por ahora, la función sólo admite compras de un solo artículo, aunque OpenAI ya ha anunciado que incorporará próximamente los carritos con múltiples productos y la expansión a más países.



Para los usuarios, esto supondrá no tener que marcharse la conversación, copiar enlaces o introducir datos en múltiples plataformas. ChatGPT se convierte en un asistente de compras que ahorra pasos y tiempo.
Para que esto pueda funcionar a gran escalera, OpenAI ha desarrollado un normalizado libre llamado Agentic Commerce Protocol. Este protocolo, que la compañía ha puesto a disposición de desarrolladores y tiendas, es el que permite que los productos sean "comprables" directamente en el chat.
El término 'agentic' hace narración a los agentes de IA: es asegurar, asistentes capaces de sobrellevar a mango tareas complejas por sí mismos, desde reservar un planeo hasta encargar la negocio semanal. Instant Checkout es solo un primer paso alrededor de esa existencia.
La integración del e-commerce en ChatGPT prepara el ámbito para asistentes capaces de dirigir viajes, pedidos o incluso finanzas personales

Para los compradores, el servicio no tiene coste adicional: ni comisiones ni recargos. En cambio, los vendedores sí deben satisfacer una tarifa por cada transacción completada en ChatGPT, aunque OpenAI no ha revelado su precio exacto. La compañía alega que sus acuerdos con Shopify y Etsy son "confidenciales".
De esta forma, OpenAI abre una nueva vía de ingresos que complementa suscripciones y licencias. Y lo hace en un momento secreto: la empresa aún no es rentable y necesita sostener su enorme inversión en infraestructuras y centros de datos.
La deshonor de OpenAI supone tanto una oportunidad como un aventura para las marcas. Por un banda, ganan un canal adicional de ventas en un espacio donde los consumidores ya están buscando recomendaciones. Shopify lo define como "la proceso natural del e-commerce": la negocio integrada en la conversación, sin fricción.
Por otro banda, los analistas advierten que los portales minoristas podrían perder contacto directo con el cliente y, con ello, parte de la fidelización que obtienen al entregar desde su propia web. OpenAI intenta tranquilizarlos diciendo que el comerciante sigue siendo "dueño de la relación", pues el nombre de la tienda se muestra claramente en el proceso.
Ojo: ChatGPT puede convertirse en un intermediario tan poderoso que altere las dinámicas de búsqueda y negocio online
La notificación no ha pasado desapercibida en Wall Street: las acciones de Etsy subieron más de un 16% el mismo día del anuncio, mientras que Shopify cerró con un plataforma superior al 6%.
El entusiasmo de los inversores refleja la expectativa de que ChatGPT pueda convertirse en un guardarropa de ventas de significación masivo: en agosto, el chatbot contaba ya con unos 700 millones de usuarios semanales, casi un 9% de la población mundial.

El movimiento de OpenAI no solo afecta a los pequeños comerciantes, incluso desafía a gigantes como Amazon o Google: Amazon domina las compras online y Google controla el descubrimiento de productos a través de la búsqueda. Pero si millones de personas empiezan a pedirle directamente a ChatGPT que les recomiende y compre cosas, la intermediación tradicional se tambalea.
De momento, ni Amazon ni Walmart se han sumado al protocolo de OpenAI. Pero la presión puede crecer: si la experiencia de negocio en el chat se vuelve lo suficiente cómoda, la atención de los usuarios podría desplazarse rápidamente.
Más allá de la novedad de satisfacer sin salir de ChatGPT, lo interesante es la dirección que señala. OpenAI lleva meses lanzando funciones que acercan al chatbot a ser un asistente personal completo: Pulse, que prepara resúmenes diarios con tu correo y calendario; Agent, que conecta con aplicaciones; u Operator, que rellena formularios online.
Con Instant Checkout, la compañía empieza a unir las piezas para que en un futuro no muy venidero puedas asegurar simplemente:
"ChatGPT, organiza la fiesta de cumpleaños de mi hija y encárgate de comprar todo lo necesario".
Imagen | OpenAI
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