
ARTDEPARTMENT

Los teclados forman parte de nuestra vida cotidiana, ya sea físicamente en nuestros ordenadores, o en los móviles, proyectados en pantallas táctiles. El diseño QWERTY, llamado así por las primeras seis literatura de la fila superior, es el más extendido en todo el mundo occidental (es opinar, allí donde se usa el alfabeto latino).
Sin retención, pocas veces nos preguntamos por qué las teclas están dispuestas de esa guisa aparentemente arbitraria (¿No sería más metódico que las literatura estuvieran en orden alfabético?), y qué otros diseños se han propuesto para favorecer la escritura.
La verdad es que, aunque el teclado QWERTY terminó convirtiéndose en el en serie universal, no fue la única propuesta ni la más dialéctica desde el punto de perspectiva de la eficiencia.
El QWERTY nació en 1868, de la mano de Christopher Latham Sholes, periodista estadounidense y padre de la máquina de escribir moderna. En ese momento, Sholes buscaba perfeccionar un dispositivo mecánico que permitiera mecanografiar con anciano prontitud que la escritura manual.
Las primeras máquinas de escribir colocaban las literatura en orden alfabético. Parecía metódico, pero pronto se encontraron con un problema: si el mecanógrafo pulsaba rápidamente dos teclas cuyas varillas estaban muy próximas, estas se atascaban.
Sholes, adjunto con su socio James Densmore, se enfrentó entonces a un dilema: en división de despabilarse la escritura más rápida, debía ralentizarla.
Así nació la distribución QWERTY: las combinaciones de literatura más frecuentes en inglés fueron separadas deliberadamente, de modo que al escribir palabras comunes como the, and o is, las varillas no colisionaran.

Así surgió la disposición que hoy conocemos como QWERTY, que fue patentada en 1878. Un año más tarde, la empresa Remington adoptó este diseño en sus máquinas de escribir comerciales, lo que impulsó su estandarización.
Paradójicamente, lo que comenzó como una táctica para escribir más despacio ha terminado siendo el maniquí universal para escribir a ordenador, cuando ya no existía el problema mecánico que lo originó.
Pero, ¿por qué no se abandonó con la venida de la informática? A finales del siglo XIX y principios del XX, miles de mecanógrafos profesionales ya habían aprendido QWERTY. Cuando llegaron las máquinas más modernas, era ya impensable forzar una transición masiva a otro sistema.
La historia aquí se parece mucho al de otros estándares tecnológicos: una vez que la sociedad invierte en formación y compatibilidad, cambiar resulta más costoso que nutrir lo existente, incluso si hay alternativas más eficientes.
A lo prolongado del siglo XX y XXI han surgido numerosos intentos de reemplazar o mejorar el teclado QWERTY. Algunos de los más conocidos son:


Creado por el psicólogo August Dvorak, este diseño buscaba lo opuesto al QWERTY: maximizar la velocidad y la comodidad.


Propuesta más nuevo, desarrollada por Shai Coleman.
No todos los países usan QWERTY tal cual.
Pese a sus limitaciones, el QWERTY se mantiene como el en serie completo por varias razones:
Imagen | Marcos Merino mediante IA
En Xataka | Me he comprado un ordenador con teclado extranjero, ¿cómo lo adapto o personalizo?
Compartir este artículo
Consultoria Personalizada
¡Si aun no tienes presencia en internet o
necesitas ayuda con tus proyectos, por favor, escribenos!