cada vez más jóvenes eligen un ciclo superior y es una buena noticia

Durante décadas, el camino al éxito profesional en España parecía tener una única ruta principal: la universidad. El principal objetivo de muchas familias era que sus hijos hicieran una carrera, al ser pasado como el semejante del prestigio y el trabajo estable. En presencia de esta situación, la formación profesional o FP era, para muchos, una opción secundaria relegada a aquellas personas sin 'capacidad' para hacer un porción. Una percepción que está cambiando. 

Los datos lo confirman. Es un cambio silencioso, pero imparable, que va a rematar reconfigurar el panorama de la educación superior en nuestro país. La información apunta a que la FP no solo le come demarcación a la universidad, sino que se ha convertido en una selección estratégica para muchos jóvenes que buscan una inserción sindical más rápida y efectiva. 

El recién publicado noticia europeo Panorama de la Educación de la OCDE, y del que se ha hecho eco ElDiario.es, pone cifras a esta revolución que estamos viviendo. De cada 100 estudiantes que inician estudios superiores en España, 40 ya eligen un ciclo de FP superior. Hace solo seis abriles, este porcentaje era del 30%, diez puntos menos. 

Referente europeo. Este cambio de tendencia nos coloca en una posición única en Europa. Ese 40% de preferencia por la FP es cuatro veces superior a la media de la Unión Europea, donde tan pronto como alcanza el 10%. Esto no solo desmonta el remoto mantra de que "en España sobran universitarios", sino que revela una diversificación del talento que nos acerca a modelos más adaptados a las micción del mercado sindical coetáneo. 

Entrada más rápido al empleo. La razón principal es la entrada empleabilidad. Mientras que muchos graduados universitarios se enfrentan a un mercado sindical precario o saturado, los técnicos superiores de la FP son perfiles cada vez más demandados. Poco que se puede ver en el Informe sobre el Futuro del Empleo 2023 del Foro Económico Mundial, donde apuntan a que la digitalización y la transición verde están creando una demanda masiva de perfiles técnicos especializados que la universidad no siempre cubre con la agilidad necesaria. 

Algunas áreas como por ejemplo el desarrollo de aplicaciones multiplataforma (DAM), ciberseguridad o la administración de sistemas informáticos en Red (ASIR) son algunas donde la tasa de paro es casi nula. Y todo porque las empresas valoran la formación actos y orientada a problemas reales que ofrecen estos ciclos. 

El problema de la universidad. En paralelo, el camino a la universidad pública se ha convertido en una carrera cada vez más intolerante, con notas de corte cada vez más elevadas. Esto es poco que lleva consigo el hecho de que miles de aspirantes se queden fuera de la universidad pública adecuado a que no hay suficientes plazas disponibles en las carreras más demandadas. 

Las notas de corte para grados de alta demanda como Medicina, Biotecnología o dobles grados de ingeniería y matemáticas alcanzan cifras récord año tras año, empujando a muchos estudiantes brillantes en dirección a la FP como una alternativa más accesible y, a la postre, más efectiva laboralmente.

Este año la universidad ha vivido un respiro adecuado al aumento en la dificultad de los exámenes de selectividad tras varios abriles, estando con el maniquí que se implantó durante la pandemia que sufrimos en España. Pero esto hace que todavía haya mucha masa que se queda fuera de la universidad, y recurra finalmente a una FP. 

Una nueva código. El Gobierno ha apostado resistente por este maniquí. La Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional, en vigor desde 2022, pesquisa modernizar y flexibilizar estos estudios. Introduce conceptos como las microcredenciales, fomenta la relación con las empresas y establece un carácter dual para toda la formación, buscando que la estancia en empresas sea una parte integral del currículo.

Hay retos pendientes. A pesar de lo adecuadamente que está funcionando la FP, el noticia revela una pasión estructural importante: la FP Dual efectivo no termina de amputar. En España, solo un 3% de los estudiantes de FP optan por una modalidad que combine de forma equilibrada la formación teórica con el trabajo remunerado en una empresa. 

Este noticia contrasta bruscamente con los referentes europeos donde nos queremos reflectar. En países como Alemania o Finlandia, la tasa de décimo en modelos duales se dispara hasta el 89% y el 77% respectivamente. Este maniquí es el que mejor garantiza una transición fluida al mercado sindical y una formación totalmente alineada con las micción de la industria. El gran combate de la nueva y es, precisamente, convertir el carácter dual en una existencia tangible y no solo en una revelación de intenciones. 

Un maniquí de 'barril'. El noticia utiliza una metáfora visual muy curiosa: la estructura formativa de la sociedad española se asemeja a un 'temporalizador de arena', con mucha masa en los extremos (formación básica o estudios superiores) y muy poca en el centro (formaciones medias y técnicas). El objetivo, recogido en la organización 'España 2050' es transicionar en dirección a una forma de barril: una saco sólida de perfiles técnicos que constituyan el recio del tejido productivo gachupin. 

El auge de la FP Superior es la señal más clara de que España avanza en esa dirección. No se prostitución de una competición entre universidad y FP, sino de la consolidación de un ecosistema educativo diversificado, donde cada vía ofrece una ruta valiosa en dirección a el ampliación profesional. El futuro del trabajo en España, cada vez más tecnológico y especializado, dependerá en gran medida del talento que emane de las aulas y talleres de la Formación Profesional.

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