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Las redes sociales no se inventaron en la última plazo, aunque la sociedad más novicio puede lograr a pensar que sus padres no contaban con ninguna red social a principio de este siglo. Una plazo que ya se ve como un pasado muy apartado como si de la prehistoria se tratara. Pero la sinceridad es que si eras adolescente hace 20 abriles seguramente recuerdas Fotolog. Un servicio que se puede considerar el padre de Instagram.
El funcionamiento de Fotolog era verdaderamente sencillo, y igualmente daba pie a tener que contar con una suscripción para sacarle el mayor provecho. Y es que simplemente se trataba de un servicio para poder compartir fotografías y esperar que se recibieran comentarios o ver como el contador de visitas iba aumentando. Pero hasta contaba con un servicio de suscripción.
La cuenta "Gold" te permitía dar un gran brinco a la hora de compartir contenido. Acaecer por caja permitía tener paso a seis publicaciones y se podían hacer diez veces más interacciones con estas fotografías. Este funcionamiento es poco que recuerda mucho a como funcionan las redes sociales actuales como Instagram. Es por ello que a principio de siglo comenzó a 'cocerse' lo que conocemos a día de hoy.
El éxito de esta red social fue monumental. Muchos jóvenes de la época usaban el servicio para poder compartir sus experiencia. Fotos de cumpleaños, excursiones, fiestas o ediciones comenzaban a dominar esta red social. Una especie de Tuenti, en lo a vergüenza se refiere, que se volvió a activar para que los usuarios pudieran ver las imágenes que subieron. Aunque muchos prefieren que se queden enterradas en el servidor donde se subieron originalmente.
Ahora Fotolog se remonta a una simple sucedido de la multitud ya más crecida de nuestra sociedad. Pero si echamos la pinta detrás, nos tenemos que ir hasta el año 2002 cuando Adam Seifer y Scout Heiferman crearon una plataforma para poder compartir fotografías. En este momento las cámaras digitales comenzaban a lograr para quitarle protagonismo a las cámaras de carrete y el clásico revelado en papel.
La sinceridad es que su idea fue un gran éxito, y marcó precedentes para lo que conocemos hoy. En cinco abriles la web ya contaba con 20 millones de usuarios registrados, y 750 millones de páginas vistas al mes. Esto hizo que se tuviera que lograr a cercar el registro de nuevas cuentas conveniente a las limitaciones del servidor de la época.
Su éxito fue indudable en muchos países del mundo, aunque sobre todo en Sudamérica. El hecho de subir contenido como si se tratara de un blog hizo que la multitud compartiera sus fotografías fácilmente y generara contenido de calidad. Pero con el paso del tiempo Fotolog no supo adaptarse a todos los cambios que llegaban. Los smartphones o las aplicaciones sin restricciones como Facebook, Instagram o MySpace comenzaron a marcar su principio del fin.
Sobre todo Instagram fue el gran enemigo de Fotolog. En el año 2007 la empresa HiMedia se hizo con Fotolog por 90 millones de dólares y en el año 2012 trataron de salvarla tras haberse migrado muchos usuarios a Instagram. Pero aunque le dieron un lavado de cara, en el año 2016 la web dejó de objetar de la confusión a la mañana y las aplicaciones desaparecieron de las tiendas de iOS y Android.
De un día para otro la aplicación desapareció sin ningún tipo de despedida oficial. Esto generó una gran cantidad de críticas puesto que los usuarios no pudieron rescatar o meter sus imágenes antaño de que los servidores acabaran desapareciendo. Esta indignación la vimos en Twitter con la viralización de un hastag relacionado donde se ponía de manifiesto el malestar por no poseer rescatado sus fotografías.
Pero no todo estaba perdido. En el año 2018 Fotolog sorprendió a todos los más veteranos en el campo de internet con el anuncio de renovación de la plataforma. Trataban de tener un producto 'vintage' que fuera diferente a todo lo que se conoce en la presente y hasta con la opción de propagar solo uan vez al día. Poco que podemos tener ya con BeReal.
Los usuarios podían usar su antigua cuenta con Fotolog para lograr a las imágenes que habían quedado irrecuperables. E incluso quien no recordaba su contraseña podía pagar tres euros por ella. De esta forma tenían entre sus planes rescatar a una saco de dos millones de usuarios registrados por todo el mundo. Pero no consiguieron retornar a encantar como lo habían hecho en el pasado, por delito del gran poderío que tenían otras apps.
El hecho de no enamorar de nuevo provocó que Fotolog se vendiera a Thinking Differente como se puede ver en la propia web de Fotolog.net en una entrada de septiembre de 2019. Pero a día de hoy la web de esta red social redirecciona a un sitio cultural de Buenos Aires (Argentina) con el objetivo de hacer turismo por esta ciudad.
Al final lo que fue Fotolog a los inicios de los 2000 ha quedado enterrado, pero sirvió para amnistiar los cimientos de las redes sociales que conocemos a día de hoy.
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