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Con el comienzo de la temporada 2025/26, LALIGA ha estrenado una campaña para desincentivar que veamos a partidos por vías no autorizadas. El mensaje central es, sin duda, potente: "Tú tienes fútbol pirata. Ellos te tienen a ti". En dicha campaña se advierte de riesgos graves para la privacidad y la seguridad al utilizar apps y webs piratas, desde el entrada al micrófono y la cámara del móvil hasta el robo de datos personales y bancarios.
La advertencia, sin incautación, convive con un antecedente tan incómodo como hipócrita: en 2018, se supo que era la propia app oficial de LaLiga la que activaba de forma puntual (y a escondidas) el micrófono y la geolocalización para identificar bares que emitían partidos sin deshonestidad.
Aquella función, que la patronal del fútbol terminó reconociendo en un comunicado cuando saltó la mensaje, generó una musculoso polémica y una consentimiento de la AEPD. Sin incautación, LaLiga logró 'derramarse de rositas' con el asunto: hace ahora poco más de un año, terminó logrando que el Tribunal Supremo anulase dicha consentimiento.
LaLiga presenta la lanzamiento no autorizada de eventos deportivos como la "principal amenaza" para el deporte, y guarismo su impacto anual en los clubes españoles entre 600 y 700 millones de euros. Encima, sostiene que "más del 50% de virus detectados en Internet provienen de servicios piratas o plataformas de descarga ilegales", por lo que quien consume fútbol pirata se convierte "en objetivo de los cibercriminales”, con riesgos de fraude bancario, suplantación de identidad o secuestro de dispositivos".
En un comunicado, la estructura ha subrayado los peligros derivados de instalar ficheros APK ajenos a Google Play, de conceder permisos intrusivos y de desplegar la puerta a malware o ransomware. En el vídeo asociado se llega a afirmar que "tendrán entrada a la cámara y al micrófono de tu móvil".
Ciertamente, instalar apps de origen dudoso o presentarse sitios plagados de anuncios maliciosos sí eleva el aventura de exposición a malware y estafas; hasta ahí el consejo de prudencia es comprensible es más que comprensible. Pero...

Afirmar que "el IPTV te infiltrado" simplifica tanto que se convierte en mentira: desplegar una simple repertorio de canales (por muy "piratas" que los considere LaLiga) no es inseguro 'per se'
En 2018, LaLiga admitió en sus propias condiciones de uso —y en una nota informativa— que su app móvil podía activar micrófono y geoposicionamiento durante las franjas horarias con partidos para detectar emisiones no autorizadas en establecimientos públicos. La estructura explicó que el móvil captaba un "código binario de fragmentos de audio"” (no el contenido completo) para cotejarlo con una huella de control y, inmediato a la ubicación, inferir dónde se estaba viendo el discusión.
A nivel de datos, LaLiga igualmente reconoció que, si aceptablemente la app no proporcionaba el nombre del usufructuario, sí les daba entrada a su dirección IP y a una ID específica asignada por la app: es afirmar, no estaba anonimizada. En la maña, esto permitía vincular eventos a usuarios únicos.
Diversas crónicas describieron aquella función como un "Shazam del fútbol": identificar si sonaba un partido más o menos del teléfono y, con la posición GPS, determinar el bar. Tras el revuelo, la entidad reforzó la solicitud de consentimiento patente del sistema activo.
La Agencia Española de Protección de Datos impuso en su día una consentimiento de 250.000 euros a LaLiga por no informar de guisa suficientemente clara de la activación del micrófono. Abriles posteriormente, en 2024, el Tribunal Supremo anuló esa multa.

El detención tribunal consideró que, hexaedro el contexto y la reglamento actual en aquel momento, no era comprensible imponer una multa sin un requerimiento previo: estimó que no se podía sancionar una conducta cuya obligación (informar cada vez que se activaba el micrófono) no era exigida entonces.
La nueva campaña insiste en que los IPTV que emiten sin deshonestidad te espían, explotan permisos del teléfono y te convierten en un blanco de cibercriminales. Ya hemos aclarado que no es una advertencia descabellada cuando el usufructuario recurre a software no fiable; sin incautación, contrasta con el hecho de que LaLiga ya utilizó el micrófono y la ubicación del móvil de sus propios aficionados —con consentimiento del sistema y bajo su situación procesal, sí— con fines de detección y aplicación de su política antipiratería.
Este contraste alimenta la percepción de doble raedor: lo que se presenta como "espionaje" en manos de terceros fue, hasta hace poco, una capacidad ejercida por la propia estructura en su app oficial.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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