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Múltiples universidades exigen a los estudiantes aventajar un examen vocal para obtener su título. El examen se realiza en forma de entrevista con un profesor, y la atrevimiento de aprobar o reprobar se toma en ese mismo instante. De acuerdo con estudios recientes, existe una clara relación entre la hora del día en que se realiza el examen y el porcentaje de aprobados. Los porcentajes más elevados de aprobación se observan cuando el examen se lleva a lado en dirección a el mediodía, mientras que tienden a disminuir a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde.
"Este patrón podría aplicarse a cualquier otro proceso de evaluación, incluidas las entrevistas de trabajo. Incluso nos gustaría vigilar si los criterios y la imparcialidad de los evaluadores varían según la hora del día", explica Carmelo Mario Vicario, director del Laboratorio de Neurociencia Social y Cognitiva de la Universidad de Messina, Italia.
Vicario y su equipo recopilaron los resultados de los exámenes orales realizados en la Universidad de Messina entre octubre de 2018 y febrero de 2020, a partir de la plataforma italiana de integración universitaria ESSE3. Concretamente, analizaron los registros de hora, término y status (admitido/reprobado) de un total de 104,552 exámenes de 1,243 asignaturas, realizados por 680 examinadores. Por otra parte, se excluyó el objetivo de la dificultad utilizando como indicador el número de créditos concedidos por cada examen, y se evaluó estadísticamente la tasa de aprobados en función de la hora de inicio del examen.
Los resultados mostraron una clara curva de distribución frecuente, con un pico que aparece al mediodía: no se observaron diferencias significativas en los porcentajes de aprobados entre las franjas horarias de 11:00 a 12:00 y de 12:00 a 13:00, manteniéndose entreambos en niveles elevados. Por el contrario, se registró un descenso extraordinario del porcentaje de aprobados cuando el examen se realizaba a primera hora de la mañana, entre las 8:00 y las 9:00 horas, y a última hora de la tarde, entre las 15:00 y las 16:00 horas.
Este patrón es coherente con los ritmos circadianos humanos: ritmos biológicos en los que la temperatura corporal y la secreción hormonal fluctúan en ciclos de aproximadamente 24 horas, lo que impacta el rendimiento cognitivo, como la atención y la memoria. Según los investigadores, muchos jóvenes son búhos nocturnos, y sus cerebros están menos alerta a primera hora de la mañana.
Por otro costado, muchos profesores tienden a ser más matutinos en su mediana y vanguardia permanencia, y podrían valorar con viejo severidad durante las mañanas. Incluso es arreglado suponer que tanto estudiantes como profesores están más fatigados a última hora de la tarde, lo que se traduce en un último nivel de atención y cordura.
Por otra parte, los investigadores consideran que el engendro conocido como "agotamiento del ego" en psicología incluso podría estar implicado en la fluctuación de los porcentajes de aprobación. Los exámenes son en gran medida estresantes y consumen concentración y fuerza de voluntad. Por la tarde, los fortuna mentales para el autoevaluación están más agotados, y los estudiantes tienen más dificultades para perseverar su nivel de concentración. De igual forma, los profesores son más propensos a perder tolerancia y flexibilidad en su cordura. Estos factores combinados contribuyen a la curva de distribución frecuente observada en la relación entre la hora del día y los índices de aprobación.
Este estudio representa la primera vez que datos a gran escalera corroboran el hecho de que la evaluación académica puede variar en función de la hora del día. Incluso aporta pistas aperos para mejorar la estructura de los exámenes. Concentrar las entrevistas importantes entre las 11:00 y las 13:00 horas podría ayudar a maximizar el rendimiento de los candidatos y acortar la variabilidad en las evaluaciones por parte de los examinadores.
El equipo de investigación se propone, en futuras etapas, combinar datos fisiológicos e indicadores psicológicos más detallados para esclarecer los mecanismos subyacentes a este patrón. Teniendo en cuenta factores como los hábitos de sueño, los niveles de estrés y el cronotipo (matinal o vespertino), el equipo afirma que podría ser posible elaborar directrices para mejorar la imparcialidad de las evaluaciones.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.
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