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En diciembre de 2020, mientras el mundo estaba centrado en la pandemia de COVID-19, uno de los mayores crímenes financieros de la era digital ocurría sin que nadie, más que los afectados, tuviera anuncio de ello. Un total de 127.426 bitcoins fueron robados a una de las principales 'pools' de minería de China, LuBian, en un ciberataque que hasta ahora había pasado completamente desapercibido para el notorio.
Cinco primaveras a posteriori, en agosto de 2025, la firma de examen blockchain Arkham Intelligence ha revelado la magnitud del robo, que entonces representaba unos 3.500 millones de dólares y que hoy, con la apreciación del bitcoin, alcanza un valía de mercado estimado en 14.500 millones de euros. Se tráfico, luego, del longevo robo de criptomonedas de ningún modo descubierto.
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LuBian no era una desconocida. Emergió con fuerza en abril de 2020, situándose como la sexta longevo pool minera del mundo en solo unos meses. Su página web se jactaba de ser "la pool minera más segura y rentable del mundo". Pero, en febrero de 2021, LuBian desapareció sin dar explicaciones.
Durante primaveras, los usuarios y observadores del mundo cripto especularon sobre su paradero: ¿fue cerrada por intervención del gobierno chino? ¿Decidieron suceder a trabajar como pool privada? ¿Hubo una estafa? No fue hasta ahora que se ha podido esclarecer qué ocurrió en realidad: LuBian fue víctima de un ciberataque devastador que vació sus reservas de bitcoin.
Porque el ataque, aunque ocurrió hace cinco primaveras, nunca fue obligado públicamente ni detectado por los analistas de forma concluyente. La razón por la que se ha hecho notorio en 2025 es que Arkham Intelligence ha conseguido rastrear, analizar y conectar movimientos on-chain que demuestran el robo, poco que no había sido posible ayer.
Con herramientas avanzadas de examen forense sobre la blockchain, Arkham identificó las transacciones en las que fueron drenados los fondos y confirmó que los bitcoins salieron de direcciones controladas por LuBian en diciembre de 2020.
Según el noticia de Arkham, el ataque se debió a una circunspecto amor en el sistema de reproducción de claves privadas de LuBian, lo que permitió al atacante ejecutar un ataque por fuerza bruta sobre sus direcciones de bitcoin. Es asegurar, no fue necesario un llegada físico ni social al sistema, sino simplemente explotar un error criptográfico elemental.
El 28 de diciembre de 2020, el atacante extrajo más del 90% de los bitcoins de LuBian en un solo día. Al día ulterior, robó otros 6 millones de dólares adicionales en BTC y USDT desde una dirección asociada al protocolo Bitcoin Omni. En total: 127.426 BTC desaparecieron sin dejar señal.
Desde entonces, los bitcoins robados no han sido movidos desde julio de 2024, lo que ha generado especulaciones sobre el paradero del hacker. ¿Está esperando el momento adecuado para enjuagar los fondos? ¿Murió? ¿Perdió llegada a las claves?
Lo maniático es que LuBian intentó comunicarse directamente con el hacker en 2024 usando el campo OP_RETURN de la red Bitcoin —una funcionalidad que permite incluir mensajes en transacciones. En ellos, LuBian apelaba a la posible condición de 'whitehat' (hacker ético) del atacante y le ofrecía una remuneración por la devolución de los activos. Hasta la momento, no se ha recibido respuesta ni se ha recuperado ningún fondo.
Sí, al menos en términos de valía al momento de revelarse. Aunque Mt. Gox perdió más BTC en términos absolutos (unos 744.000 BTC), el precio de bitcoin en ese momento era muy inferior, por lo que el ataque a LuBian es el más costoso conocido hasta ahora. Adicionalmente, el hecho de que el incidente haya permanecido oculto durante cinco primaveras añade cierto nivel de enigma al caso.
El descubrimiento de este robo ocurre en un momento en el que la seguridad en el ecosistema cripto vuelve a estar bajo investigación. Solo en la primera fracción de 2025, los usuarios han perdido más de 2.200 millones de dólares en ataques y estafas, según CertiK. Los ataques más comunes incluyen vulnerabilidades en monederos, estafas de phishing y errores de configuración.
El caso LuBian debe servir como conferencia y advertencia. En el universo cripto, donde no hay bancos centrales ni instituciones que respalden los fondos, la seguridad del código y de las llaves privadas es la única secante de defensa: un error de programación, una mala implementación de un cálculo criptográfico o una falsa sensación de seguridad pueden costar miles de millones.
Lo que sí sabemos ahora, al menos —gracias a las herramientas de examen blockchain—, es que la verdad en la prisión de bloques puede tardar en emerger, pero es difícil de ocultar para siempre.
Vía | The Block
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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