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El auge de la IA está desdibujando la segmento entre existencia y ficción a un ritmo preocupante. Así lo vivió en carne propia una pareja de ancianos de Kuala Lumpur, Malasia, que condujo más de 350 kilómetros para saludar una idílica propensión turística señal Kuak Skyride, un teleférico panorámico supuestamente enclavado en el tranquilo pueblo de Kuak Hulu, en el estado malayo de Perak.
Solo había un problema: tal propensión nunca ha existido.
Todo comenzó cuando vieron un vídeo en redes sociales, difundido por un canal imaginario llamado TV Rakyat. En él, una presentadora "visitaba" un teleférico que recorría frondosos bosques tropicales.
Para los luceros poco entrenados, era un reportaje turístico perfectamente posible, pero todo el contenido había sido generado mediante inteligencia industrial —específicamente, con la utensilio Veo3 de Google.
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Conmovidos por la belleza del video y convencidos de la autenticidad de lo mostrado, la pareja decidió irse allí de asueto: reservaron hotel, emprendieron el alucinación en coche, y... al calar y preguntar en recibo por el teleférico, el personal pensó que se trataba de una broma.
A pesar de los intentos de los empleados por explicar la situación, en un primer momento los turistas insistieron en que el vídeo parecía auténtico.
La recepcionista del hotel ha recopilado en Threads los vídeos de la polémica
"¿Por qué le hacen esto a la parentela? [...] El vídeo parecía una nota vivo", dijo la anciana, quien incluso llegó a plantearse demandar a la periodista del reportaje ayer de que le explicaran que ella incluso era un personaje ficticio creado con IA.
Muchos usuarios se han preguntado en redes cómo los protagonistas de la historia pudieron dejarse engañar por poco tan claramente ficticio (el vídeo mostraba el logotipo de Veo3 en la remate inferior).
Pero aunque la historia puede parecer motivo de mofa, plantea una cuestión espinoso: cuán fácilmente se puede confundir un contenido generado con IA con uno vivo, sobre todo por parte de personas mayores o no familiarizadas con estas tecnologías.
Según la firma de seguridad digital Signicat, los fraudes basados en deepfakes han aumentado un 2.137% en los últimos tres primaveras, pasando de representar el 0,1% a más del 6% de los intentos de estafa. Incluso si el caso de los ancianos malayos no implicó pérdidas económicas significativas, resulta todo un representación sobre cuán distorsionada está a estas staff la percepción del mundo vivo.
El turismo ya había sido moldeado por la estética industrial mucho ayer de que la IA perfeccionara el enredo. La 'instagramificación' de los viajes —en la que los destinos se visitan más por sus posibilidades fotográficas que por su valía cultural— ha reformado los hábitos de millones de usuarios.
Ahora, con la IA generativa, se introduce un nuevo nivel de simulación: lugares enteramente fabricados que inducen al turista a desplazarse en torno a la nulo. Delante esta nueva existencia, urge conocer algunas recomendaciones para evitar caer en trampas similares:
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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